Por.- David R. Chacón Rodríguez
Cuando el Dr. Gil Fortoul fue
nombrado miembro de la Comisión Codificadora de nuestra legislación, regresa a
Caracas, y en su afán de contribuir al desarrollo intelectual del país, el 20 de octubre de 1898 comienza a
dictar unas conferencias públicas en la Universidad Central exponiendo la nueva
teoría antroposociológica que se comenzaba a divulgar en Europa[1].
El resultado de su actuación la
comenta de manera enfática a su amigo Lisandro Alvarado en carta fechada desde
Este 7, Nº 15 bis, el 16 de noviembre de 1898. Al respecto le dice:
Nuestro público
anda por la luna cuando se trata de historia patria, y sería bueno insistir
sobre pormenores históricos, que el vulgo ignora, para darle más fuerza y
claridad al juicio filosófico. Cada día me convenzo más del atraso intelectual
en que estamos. Los que comprenden son muy pocos y es necesario insistir hasta
sobre las nociones de cualquier materia.
De ello me convenzo
también en mi conferencia. He dado dos, y pasado mañana daré la tercera. El
auditorio es numeroso y me demuestra simpatía; pero noto que debo emplear un
método menos científico. Al cabo de dos o tres conferencias más, entraré de lleno en el estudio del problema social
venezolano. Y a mediados de diciembre
las suspenderé para dedicarme a escribir, quizá una historia constitucional de
Venezuela[2].
Gil
Fortoul utilizó el mismo sistema que otros escritores emplearon para obtener el
financiamiento necesario para la realización y publicación de su obra:
conseguir el encargo para que
el gobierno le subvencione los costos de la edición.
Poco tiempo después, su intento logra el éxito esperado y
el 30 de noviembre de 1898, el Presidente Ignacio Andrade Troconis emite un Decreto encargando al Dr. Gil
Fortoul la
escritura de la Historia Constitucional
de Venezuela, desde 1811 hasta nuestros días, con una amplia introducción
acerca del movimiento etnológico y sociológico de la Conquista y Colonia. A
este efecto, se le facilitarán desde luego todos los archivos y bibliotecas
nacionales.
En él se
consideraba:
Que el estudio de los anales patrios es
uno de los medios más eficaces para generalizar y ampliar el conocimiento del
superior destino y de las necesidades y tendencias de los pueblos; que no
existe una obra que abarque toda la evolución constitucional de Venezuela en
las tres grandes épocas de su movimiento republicano;
Que decretada como ha sido una
Exposición Nacional para celebrar en 1900 los comienzos del nuevo siglo, sería
muy oportuno y de alta conveniencia publicar en la misma oportunidad una obra
selecta de aquella índole, que dé cabal idea de los progresos realizados por la
República y contribuya a difundir el espíritu de nuestras instituciones; y
Que el ciudadano José Gil Fortoul viene
desde hace algunos años consagrado al estudio de la Historia y Leyes patrias, y
ha publicado ya tres volúmenes sobre Filosofía Constitucional, Filosofía Penal
y sociología venezolana.
En el Decreto se
exponía:
Artículo 1. Se encarga al
Doctor José Gil Fortoul de escribir la Historia Constitucional de Venezuela,
desde 1811 hasta nuestros días, con una amplia introducción acerca del
movimiento etnológico y sociológico de la Conquista y Colonia. A este efecto,
se le facilitarán desde luego todos los archivos y bibliotecas nacionales.
Artículo 2. Se asignan al
Doctor José Gil Fortoul, por este trabajo, la suma de treinta y seis mil
bolívares, que se pagará por la Tesorería Nacional del Servicio Público, con
cargo al ramo de Imprevistos, en quincenas vencidas de a ochocientos bolívares,
a contar desde la primera de diciembre próximo, inclusive. La cantidad de
bolívares restantes se pagará de una sola vez, tan luego como el autor haya
entregado al Ministro de Relaciones Interiores los manuscritos de la obra,
para lo cual se fija el 31 de octubre de 1899.
Artículo 3. La impresión
de la obra será por cuenta del Gobierno Nacional, quien reserva al autor el
derecho de reimprimirla.
Artículo 4. Los Ministros
de Relaciones Interiores, de Hacienda y de Instrucción Pública quedan
encargados de velar por la ejecución de este Decreto.
Dado, firmado de mi mano,
sellado con el Sello del Ejecutivo Nacional y refrendado por los Ministros de
Relaciones Interiores, de Hacienda y de Instrucción Pública, en Macuto,
Distrito Federal, a 30 de noviembre de 1898. Año 88 de la Independencia y 40
de la Federación.
IGNACIO ANDRADE
Refrendado.
El Ministro de Relaciones
Interiores,
Z. Bello Rodríguez.
Refrendado.
El Ministro Interino de
Hacienda,
S. Escobar.
Refrendado.
El Ministro de Instrucción
Pública.
B. Mosquera[3].
La causa o pretextó que motivó la obra
es el fin del siglo; la intención, recapitular los hechos ocurridos desde la
Independencia hasta entonces, ponderarlos y exponer los progresos alcanzados
por el país, y resaltar el espíritu de las instituciones democráticas. En el
Decreto queda expresado claramente el objetivo de la obra: la exposición de la
"evolución constitucional"
del país, con una introducción sobre el "movimiento etnológico y
sociológico" de la conquista y la colonización. Resaltan a la vista los
términos del Decreto. Las expresiones "evolución
constitucional", "superior
destino de los pueblos", -la idea de los "progresos" y el movimiento "etnológico y sociológico", parecieran reflejar también en el
redactor del Decreto, influencia de algún "modo de pensar" positivista y evolucionista, aunque también
podría tratarse de una influencia simplemente liberal, ya que esta terminología
también está presente en ideólogos liberales. Este es un problema que
ameritaría una investigación minuciosa, que delimitara con mucha precisión el
problema de las relaciones entre positivismo y liberalismo en la Venezuela de
fines de siglo, sus interconexiones, etc., y que determinara si, de alguna
manera, los hombres políticos de entonces habían entrado en contacto con el
modo de pensar positivista, o eran simplemente de mentalidad liberal[4].
Podría tratarse también de una hipótesis más simple: lo sucedido pudo ser que el futuro escritor de la Historia, valiéndose
de su influencia política y/o amistosa, fuera a la vez inspirador y redactor
del Decreto.
Para el conocimiento del proceso
de elaboración de su Historia Constitucional de Venezuela, es de singular
importancia el epistolario de Gil Fortoul a Lisandro Alvarado, publicado por
Aníbal Lisandro, hijo del segundo, en 1956[5].
Esta correspondencia demuestra la
afinidad intelectual de ambos personajes.
Sus palabras son de sincero afecto, fervor y estímulo.
En ella, Gil Fortoul proporciona
abundantes referencias, puestas en orden cronológico, permitiéndonos conocer la
evolución y desarrollo de su trabajo, indicando de manera objetiva y sagaz, los
procedimientos y actividades relacionadas con la redacción e impresión de su
obra
Veamos
a continuación, lo que allí encontramos al analizar su fluido intercambio
epistolar:
Núm. 82. Plaza
del Panteón, 1. Caracas. 13 de diciembre de 1897.
Después de
muchas y largas pesquisas tuve por fin esta mañana la gran fortuna de dar con
el tomo de O’Leary (Correspondencia de Bolívar) cuya edición mandó incinerar
Guzmán. Le faltan pocos pliegos. Voy a decorarlo, y a tomar notas para escribir
sobre él cuando regrese a Caracas, que será probablemente en la primavera
próxima. Oportunamente volveré a hablarle de esto[6].
Núm. 83. Este 7, núm. 15. Caracas. 18 de octubre de 1898.
Creo que
permaneceré aquí unos meses, y el tiempo que me deje libre el trabajo diario
para ganar la vida, lo emplearé en algunos estudios sociales e históricos.
Publicaré pronto un análisis del III volumen de las memorias de O’Leary,
suprimido por Guzmán Blanco en 1883. Lo conseguí aquí el año pasado, por una
feliz casualidad.
El Gobierno me
favorece con su buena voluntad, y quizá regrese a Europa cuando haya algún
puesto diplomático vacante. Pero mis deseos serían pasar aquí todo el
invierno, para realizar alguno de mis proyectos de estudios sociológicos[7].
Núm. 85. Salas a Balconcito.
Nº 38. Caracas. 1° de enero del 99 (1899)?.
En la Gaceta
Oficial habrá leído usted el decreto relativo a la Historia Constitucional de
Venezuela, que estoy preparando. Por el título juzgará usted de mi plan: un
estudio filosófico de cada constitución y la historia política, social,
económica, etc., en cada período. Arduo trabajo para el cual dispongo de un
lapso relativamente corto.
No deje de ayudarme
con todas las indicaciones, etc., que crea oportunas[8].
Caracas
27 de abril del 99
El señor Zapata me
entregó oportunamente la constitución de Zamora de 1862. Se la devolveré cuando
tome las notas que necesito. Tengo ya bastantes datos para el I volumen de la
Historia Constitucional, y como ya no puedo resistir el clima me propongo
embarcarme el 8 de mayo, para terminar en Europa la redacción y regresar a
Caracas en octubre[9].
Desde Bagnéres-de-Bigorre, el 24 de agosto de 1899, le dice:
La historia constitucional que escribo es un trabajo
largo y difícil, como usted sabe. Nuestras bibliotecas y archivos son la imagen
misma de la incuria y del desorden. Afortunadamente ya tengo bien formado mi
plan, y creo que lo realizaré sin muchos tropiezos. Quise, al principio reducir
la materia a un solo volumen. ¡Imposible! Llevo escritas cerca de quinientas
páginas, y todavía estoy en el año 29. El primer tomo, que terminaré en estos
días, comprende la Colonia, la independencia y Colombia. El segundo, según mi
plan, la oligarquía “conservadora” (30 a 48), la oligarquía “liberal”
(explicaré estos títulos en su tiempo y lugar) del 48 hasta el comienzo de la
guerra federal, en que vuelve todo a la anarquía, y la federación hasta 1870.
El tercero comprenderá la autocracia y los Gobiernos últimos. Desdeño en lo
posible la historia militar, y procuro tenazmente descubrir y señalar la
evolución social y legislativa. ¿Podré lograr
mi propósito? ¡Ah! Si hubiera yo tenido la suerte de hallarme cerca de
usted, para pedirle informes sobre una porción de puntos interesantes, que
usted conoce mejor que nadie! Nos sé aún por cuanto tiempo permaneceré de este
lado del Océano. Depende de lo que resuelva el Gobierno acerca de la impresión
de la obra. Quisiera hacerla en París; pero si se decide otra cosa, tendré que
regresar a Caracas, antes de terminarse el año.
En mi concepto, gracias a esta misiva conocemos el plan de
su obra.
Caracas
6 de septiembre de 1900
Voy a seguir el
trabajo de mi Historia Constitucional de Venezuela. El primer volumen está
terminado hace un año; y quizá pueda publicarlo en Londres en el invierno
próximo[10].
Mientras
conseguía los fondos para la edición, entregaba adelantos de su obra en El Cojo
Ilustrado.
Liverpool,
37 Chapel Walks, 4 de diciembre de 1903
El Cojo habrá tal
vez visto algunos fragmentos de la parte técnica de mi Historia Constitucional.
He ampliado el plan, para darle también cabida a la evolución social,
económica, política e intelectual, y contendrá el libraco unos cuatro
volúmenes. ¿La edición? Hago lo posible por empezarla pronto[11].
37 Chapel Walks,
Liverpool,
14 de marzo
de 1904
En días pasados
remití al director de El Cojo otro fragmento de la Historia Constitucional.
Refiérese al Protocolo – Urrutia del 58, y le puse una dedicatoria para usted.
Sigo trabajando sin descanso a ver si en este año, ya asegurada la paz, puedo
emprender la impresión[12].
Chapel Walks. Liverpool, 37, 5 de junio de 1904.
Ya habrá leído en
El Cojo lo relativo al conflicto de 1858. Mandaré pronto a la misma revista el
capítulo que se refiere a la Convención de Valencia, en el cual verá usted
reseñadas las leyes de ese cuerpo, y analizada la constitución. La colección de
los diarios de debates la consulté en la secretaría del Congreso: estaba
incompleta. ¡Ojalá no haya desaparecido del todo!
En el archivo de
Viso debe encontrarse otra. Si usted va a Caracas no pierda la ocasión de
registrar ese archivo, que si no me equivoco es el más rico de los que poseemos
todavía. El de la Academia y el de la Biblioteca han sido saqueados más de una
vez. Afortunadamente ahora dirige la Biblioteca Landaeta Rosales[13].
15 Avenue Víctor Hugo. París. 13 de septiembre de 1904.
Recibí su carta
fechada en San Carlos a 1º de julio. La responsabilidad de la muerte de Zamora,
me parece todavía un punto muy controvertible, a pesar de cuanto se ha escrito.
Que Guzmán, hombre previsor y de planes a largo plazo, desease la muerte del
caudillo, es cosa verosímil o suposición plausible. Pero para creer que fue
autor o cómplice, se necesitan pruebas mejores que las aducidas hasta ahora.
Respecto de los restos llevados al panteón, puede ya afirmarse rotundamente que
son falsos. No deje usted de resumir el debate sobre ambos puntos, en su
Historia de la Federación. Lo interesante que contiene la mía a este respecto
es un retrato moral de Zamora, escrito con un criterio diferente del que se ha
empleado antes[14].
15 Avenue Víctor Hugo. París. 24 de noviembre de 1904.
No he logrado
todavía la subvención ofrecida para la edición de mi Historia. Veremos si en el
año que viene tengo mejor fortuna.
Desistí a última
hora de publicar en El Cojo lo relativo a la Convención de Valencia. Tal vez
mande pronto el capítulo sobre la libertad de los esclavos. Contiene documentos
y apreciaciones que no figuran en ninguna historia[15].
20 Avenue Víctor Hugo. París. 8 de febrero de 1904.
Como no veo hoy
probabilidades de editar mi obra histórica, voy a seguir publicando en El cojo
algunos fragmentos. Fíjese en los números de marzo en adelante. Allí verá
también un cuestionario sobre literatura contemporánea, y, espero que usted me
mandará su opinión[16].
Después de avisarle que vino a
pasar el verano en la playa de Honlgate, en Normandía, el 7 de septiembre de
1905 le dice:
Muy poco he
trabajado en los dos últimos meses. Todos los años noto que cuando llega el
calor parezco de una invencible pereza intelectual. Tanto es así, que todavía
no me he resuelto a contestar la crítica del señor Maldonado. Lo haré
probablemente en octubre.
Tengo ya esperanzas
de que los dos primeros tomos de mi Historia salgan en enero o febrero; esto
es, si da buen resultado el arreglo, en que me ocupo, con un editor de
Bruselas. Lo que es del Gobierno, no he logrado aún obtener ninguna subvención.
Tal vez la obtenga cuando se vea en letras de molde la importancia del trabajo.
El drama sobre
Bolívar está ya terminado. Mi colaborador y yo nos ocuparemos, al entrar el
invierno, en pescar un empresario, que es la mayúscula dificultad[17].
52 Avenue Kléber. París. 8 de noviembre de 1905.
Mi contestación al
doctor Maldonado la habrá leído usted en El Constitucional de fines de mes o
principios del corriente…
Ya sabrá usted que
nuestro amigo Carlos Villanueva ha copiado en los archivos de Londres, muchos
documentos inéditos, interesantísimos, especialmente sobre la cuestión de la
monarquía colombiana. Los publicará en un volumen, cuando pueda. El otro día me
suministró para mi Historia, copia del proyecto de constitución (breve resumen)
que llevó Miranda en su primera expedición, y copia también de lo que le sirvió
de base para sus discursos en el Congreso del 11. Estos documentos son valiosos, porque
contienen en germen algunas de las ideas constitucionales que desarrolló
Bolívar en sus proyectos de los años 19 y 25. Los analizaré en el lugar
correspondiente.
Villanueva le
suministró también al marqués de Rojas una interview de Bolívar, en Lima, en la
que expone ya el proyecto monárquico, o de protectorado europeo, que promovió
el Ministerio de Bogotá en 1829. El Marqués la publica en un volumen de
miscelánea que se titula Tiempo perdido. Una de mis próximas revistas tratará
de este punto histórico.
No se si le dije en
mi anterior, que estoy en tratos con un editor de Bruselas para sacar siquiera
dos tomos de la Historia en el año venidero. Le avisaré cuando concluya el
negocio[18].
Gesandtschaft van Venezuela. Berlín. Nachod Strasse. 30, 26
de febrero de 1906.
Le escribe señalando la
continuación de su ardua labor
Leyendo que mi
Historia se publicará este año, al menos los dos primeros volúmenes. Veremos si la esperanza no resulta
fallida esta vez[19].
Gesandtschaft
van Venezuela. Berlín. W. Nachod Strasse. 30. Berlín, 13 de julio de 1906.
Después
de tanto trabajo, dice:
La corrección de pruebas de mi Historia sigue lentamente. Es un trabajo
difícil, con copistas que no saben español[20].
Gesandtschaft van Venezuela. Nachod Strasse. 30. Berlín. 7
de septiembre de 1906.
La impresión de mi
primer tomo de Historia no terminará si no a fines de octubre. Como en la
imprenta nadie sabe español, el trabajo de corregir pruebas resulta penosísimo.
En el apéndice pondré un estudio sobre el Acta de Independencia, que estoy
preparando en colaboración con Carlos Villanueva. Los archivos de Londres,
Washington y Sevilla nos han dado documentos para aclarar definitivamente la
cuestión[21].
Gesandtschaft van Venezuela. Berlín. Nachod Strasse. 30. 3
de noviembre de 1906.
Estoy corrigiendo
el último pliego de mi primer tomo de Historia. Le mandaré un ejemplar dentro
de dos semanas. En seguida daré a las cajas el segundo tomo; aunque
probablemente preferiré imprimirlo en París, porque la corrección de pruebas es
aquí un trabajo desesperante. He tenido que poner una lista de erratas, lo que
es siempre desagradable[22].
Gesandtschaft
van Venezuela. Berlín. Nachod Strasse. 30. 9 de noviembre de 1906.
Hoy le envío los
primeros capítulos de mi primer tomo para que se dé usted cuenta del plan. Ya
están encuadernando el volumen, y saldrá de aquí a fines de mes.
El segundo tomo se
empezará a imprimir en diciembre[23].
Gesandtschaft
van Venezuela. Berlín. Nachod Strasse. 30. Berlín 20 de noviembre de 1906.
El editor me ofrece
ejemplares de mi Historia para esta tarde. Si llegaren a tiempo (mañana es día
de fiesta) le mandaré uno[24].
Gesandtschaft
van Venezuela. Berlín. Nachod Strasse. 30. 14 de enero de 1907.
He leído con vivo
interés su observación sobre la manera como yo juzgo la guerra a muerte.
Discrepamos en eso. Tomaré en cuenta su opinión en mi Ojeada retrospectiva, que
será la parte filosófica de la obra. Allí tendré ancho campo para comentar,
discutir, etc[25].
El crítico español
don Miguel de Unamuno, que es de los pocos en su tierra, que estudia las cosas
de nuestra América, ha escrito sobre mi primer tomo dos artículos titulados
Bolívar y Don Quijote y la ciudad y la Patria. (Aquí desarrolla una teoría
suya: que la patria es siempre una expansión de la ciudad Madre). Se publicarán
en La Nación de Buenos Aires, y los verá usted reproducidos en Caracas, en El
Cojo (Ilustrado) o en El Constitucional, dentro de unos meses.
Más abajo expone:
Libreros de París,
Madrid y Barcelona me mandan presupuestos más costosos que el de Berlín. De
modo que probablemente seguiré imprimiendo aquí, si encuentro algún español
entendido en corregir pruebas. En este mes comenzará la edición del segundo
tomo.
Ya estará en sus
manos un ejemplar completo del primero.
Para Unamuno es ciertamente una historia que debe ser leída
y conocida por todo americano; es una obra concienzuda y sólida, a la vez de
muy grata y fácil lectura y no poco sugerente.[26].
Su siguiente artículo “La ciudad y la Patria”, lo
escribe apoyado en la historia constitucional de Venezuela de Gil Fortoul[27].
Gesandtschaft
van Venezuela. Berlín. Nachod Strasse. 30. 27 de enero de 1907.
Estoy revisando el
manuscrito de mi segundo tomo, a ver si sale a luz en el verano de este año[28].
La llegada del
libro del Doctor Gil Fortoul a Caracas fue publicitada en varios números del
cojo ilustrado, la reseña decía:
“LA GRANDE OBRA
------
El primer tomo
de la HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA, por el Doctor
José Gil Fortoul
Acaba de llegar a la “Empresa El Cojo,”
en donde está a la venta.
600 páginas en 8º mayor, las más
interesante últimamente escrita sobre historia nacional.
PRECIO:
En Caracas… Bs.
10
Para el
Interior…Bs. 11”
El 1° de febrero de 1907 fue
publicado el primer comentario de la
obra, que elogiaba su rigurosidad y su método como cosas innovadoras para la
época[29].
Allí expresa:
Desde luego se advierte que una mano experimentada y
un cerebro bajo disciplinas científicas, han regido y conducido un plan y la
metodización de éste libro, que será la obra de más larga y fuerte resonancia,
en Venezuela, del año intelectual que comienza.
y más abajo añade:
“Entiendase desde luego que el Doctor
Gil Fortoul ha tenido sólo el propósito de realizar un estudio y análisis de
las técnicas políticas que en el discurso de nuestra historia han sido
propuestas, ensayadas o aplicadas en el País. Él ha huido intencionalmente la
tragedia y la discordia, sanguinarias y ensangrentadoras de la patria, no
conformándose en la afirmación de Baralt de que los trabajos de la paz no dan
materia a la historia, “porque”, cesa el interés que ésta inspira cuando no
puede referir grandes crímenes, sangrientas batallas y calamitosos sucesos.
Respecto
al camino seguido por Gil Fortoul, cita:
“Me fijaré más en las obras de la
inteligencia y en los trabajos de la paz. En medio de los innumerables combates
hubo siempre hombres que pensasen, escribiesen, hablasen y legislasen, y una
parte del pueblo cultivó los campos, abrió caminos, transportó y exportó
productos, conservó, en suma, los elementos constituidos de la patria… Leyes y
trabajos fueron al cabo de los depositarios de la tradición civilizadora”
Como
se puede observar Gil Fortoul rehuye deliberadamente al aspecto épico por las
ideas civilizadoras
En
cuanto a los proyectos y tentativas de Miranda son enriquecidas en documentos
que contribuyen a aclarar la conducta y las responsabilidades históricas al
respecto, el articulista escribe:
“Su error de 1806 lo atribuye Gil Fortoul a no haber buscado anticipadamente
en la Colonia, y en no desvanecer los escrúpulos que siempre estuvo ésta para
desligarse de su metrópoli por protección de otra potencia europea”.
Cuando
estudia las responsabilidades en la causa de la caída de la primera república
dice:
“Casas y Peña, de quienes dependían las
resoluciones definitivas, como autoridades que eran de La Guaira, prefirieron
salvarse ellos, aunque sacrificasen a sus compañeros”.
Al Doctor Miguel Peña lo retrata como un abogado
notabilísimo y desaforado jugador que en una partida realizada en Cartagena con
el General Mariano Montilla perdió veinticinco mil pesos de los trescientos mil
del empréstito del año.
Legación de Venezuela. Gesandtschaft
van Venezuela. Berlín. Nachod Strasse. 30. 5 de marzo de 1907.
Estoy otra vez en
el fastidiosísimo trabajo de corregir manuscritos y pruebas de mi segundo tomo.
Resolví continuar con el mismo editor. La impresión durará cinco o seis meses[30].
Legación de Venezuela. Gesandtschaft
van Venezuela. Berlín. Nachod Strasse. 30. 6 de mayo de 1907.
Gracias por su
amable artículo publicado en El Cojo. Efectivamente, Usted[31]
y González son los únicos, que yo sepa que se han ocupado allá de mi primer…Tal
vez los literatos han tenido alguna dificultad en digerir la sustancia y el
estilo. Poco importa. La moda pasa y la lengua queda.
En ese artículo Alvarado
Hace un juicio crítico de la obra
concretándose en él, a los hechos que versan de la psicología social.
Para él tres órdenes de investigaciones
podrían descubrirse en las páginas del libro, de un modo que revela el
preferente esfuerzo del autor:
Las Labores diplomáticas, la
evolución constitucional y los fenómenos psicológicos sociales.
Del segundo tomo ya
van impresas unas 200 páginas, y como serán más de 500, calculo que el trabajo
se terminará dentro de cuatro meses. Empéñome en que no salgan tantas erratas
como en el primero[32].
Conférence de la Paix. Délégation de Venezuela.
Frankenslag, 4. La Haya. 6 de julio de 1907.
En nota al pie
P.D.: Creo haberle
dicho en mi anterior, que mi segundo tomo de Historia está impreso hasta la
mitad y que podrá salir a la luz antes de fines de año. Desde aquí no puedo
seguir corrigiendo pruebas[33].
Tulio Febres Cordero:
Centra sus críticas a los juicios emitidos por XX en
el referido artículo centrando su juicio sobre el decreto de expatriación y la
hostilidad contra Bolívar en 1830 y la rendición separatista que proponía D.
Tomás Lander desde 1822, y luego conduje en el traslado de los restos del
Libertador y el primer monumento que en la provincia de Mérida, se le levantó
al Libertador Simón Bolívar[34].
Baltazar Vallenilla Lanz
“Llena un hondo vacío, se alza sobre los
historiadores precedentes, tocados de parcialidad, determine ésta el odio o la engendre el afecto.
Luego expresa que define en su
exposición de la guerra a muerte; la muerte de Piar, la opinión militar que le
merece este prócer, etc.
Y luego concluye:
“El estilo de la obra es sereno. Discurre como un río undoso; lentamente; para
que se reflejen bien las cosas de los márgenes. Los actores, de Bolívar abajo,
éste apiado de su prestigio mítico juzgado con libre criterio, y los sucesos
pasan rozándole, sin arrancarle ni amor ni odio; lejos corazón y cerebro del
hábito volcánico que los envuelve casi a todos[35],
Val d’Or. Roote de Bordeaux. Pau. 16 de diciembre de
1908.
A mi segundo tomo
de Historia le faltan unas 50 páginas de impresión. Y como aquí es más difícil
corregir las pruebas de imprenta, que viene de Berlín, el trabajo marcha
lentamente. Por otra parte, paréceme que sería mejor no enviar allá ese tomo
sino cuando el país esté tranquilo y la gente que está haciendo ahora historia
tenga tiempo de leerla[36].
Villa Val d’Or. Roote de Bordeaux. Pau. 25 de enero de
1909.
Con el trabajo
oficial, mi segundo tomo de Historia tardará todavía unos meses. Faltan por
imprimir dos capítulos, y no puedo corregir las pruebas sino poco a poco[37].
Nachod Strasse.
15. Berlín. 23 de julio de 1909.
En la Gaceta he
visto que usted ha obtenido una pequeña subvención para publicar su Historia de
la guerra federal, y como supongo que ya se estará ocupando en la impresión, le
mando mi segundo tomo de Historia Constitucional, que tal vez podrá servirle
para algunas notas. Ruégole que lo lea usted solo todavía, porque no quiero que
circule antes de que el Gobierno resuelva sobre una solicitud mía[38].
A pesar de los múltiples
defectos, incoherencias y contradicciones que se le puedan achacar, la Historia
Constitucional de Venezuela es su obra maestra y la que más influencia ha
tenido en el ambiente cultural de Venezuela. Fue hecha utilizando la
documentación encontrada en diferentes archivos europeos, de ahí su principal
importancia. Consciente de ello, siempre
estuvo mejorándola y aumentándola según aparecían las nuevas investigaciones.
[1] Dr. José Gil Fortoul.
En: El Cojo Ilustrado.- Caracas. Año
VII. Nº 165. 1º de Noviembre de 1898. p. 766. Columna: Sueltos editoriales.
[2] Carta
N⁰ 84. p.
657-658.
En: Alvarado, Aníbal Lisandro
(1896-1967), ed.: Epistolario de Gil
Fortoul a Lisandro Alvarado.- Barquisimeto: Imprenta del Estado Lara, 1956.
253 p.; il.; 23 cm.
Contenido:
\"Entre Gil Fortoul y Lisandro
Alvarado, por Santiago Key- Ayala.\", p. 17-82.
\"Gil Fortoul periodista, por
Aníbal Lisandro Alvarado\". p. 89-129.
\"Epistolario entre Gil Fortoul y
Lisandro Alvarado\". p. 135-253.
Incluye índice onomástico, e índice de
gráficos.
Alvarado, Lisandro, 19.9.1858-10.4.1929;
Key Ayala, Santiago, 25.4.1874-21.8.1959.
Gil Fortoul, José.: Obras completas / José Gil Fortoul.- Caracas: Ministerio de
Educación, Dirección de Cultura y Bellas Artes, Comisión Editora de las Obras
Completas de José Gil Fortoul, 1953- 1957. 8 v.; mapas pleg.; v.; 25 cm.
Contiene:
v.1.: Historia Constitucional de
Venezuela
v.2.: Historia Constitucional de
Venezuela
v.3.: Historia Constitucional de
Venezuela. La Oligarquía liberal.
v.4.: Filosofía Constitucional
v.5.: El humo de mi pipa
v.6.: Tres novelas [¿Idilio?; Julián;
Pasiones, Versos].
v.7.: La esgrima moderna. Sinfonía
inacabada. Epistolario inédito
v.8.: Páginas de ayer
Véase: Epistolario
inédito
En: Obras Completas, vol. VIII, Carta Nº
84. p. 656
[3]
Presidencia de la República, Gaceta Oficial, Nº 7468, Caracas, 3 de diciembre
de 1898.
[4] Se
cree que el General Ignacio Andrade Troconis, nació en Mérida el 31 de julio
1839. Falleció en Macuto, el 17 de febrero de 1925. Tuvo una esmerada
educación, según los comentarios de prensa recogidos en los textos del proceso
electoral. Viajó por Europa y residió algunos años en Estados Unidos. Ejerció
la Presidencia de la República desde el 28 de febrero de 1898 al 19 de octubre
de 1899. Pareciera que sus ideas liberales, progresistas y democráticas las
hubiera adquirido de los contactos con ese país. Las principales ideas
políticas de su programa de gobierno eran:
— impartir y fomentar la educación y la
instrucción;
— alentar el trabajo;
-— proteger las industrias;
— favorecer la agricultura;
— facilitar
la inmigración útil;
— practicar la independencia de los poderes
públicos.
Cfr. Mensaje presidencial del General Ignacio
Andrade, Presidente de la República, al Congreso Nacional en 1898,
En:
Presidencia de la República, Mensajes Presidenciales, vol. 3, pp. 249-297.
Andrade, Ignacio
(sic). Proceso electoral de
1897, Caracas, 1897.
—.
Discursos pronunciados en la Casa Amarilla, Caracas, 1899.
—.
Discurso del general Ignacio Andrade ante el Congreso Nacional en el acto de
prestar promesa constitucional como Presidente de la República, Caracas, 1898.
[5]
Alvarado, Aníbal Lisandro, 1896-1967.: Epistolario de Gil Fortoul a Lisandro
Alvarado / Aníbal Lisandro Alvarado. - Barquisimeto: Imprenta del Estado
Lara, 1956. - 253 p.: il., facsíms., retrs,; 24 cm.
Contiene
“Entre Gil Fortoul y Lisandro Alvarado / Santiago Key-Ayala”: p. [15]-82. – “Gil Fortoul periodista / Aníbal Lisandro
Alvarado”: p. [83]-129. Incluye índices.
[6]
Ibíd.
Carta Nº 82. p. 222-223; y en: Obras Completas, vol. VIII, p. 654.
[7]
Ibíd.
Carta Nº 83. p. 223; y en: Obras Completas, vol. VIII, p. 655.
[8] Ibíd. Carta Nº
85. p. 225; y en: Obras Completas, vol. VIII, p. 658.
[9] Ibíd.
Carta Nº 86. p. 225-226; y en: Obras Completas, vol. VIII, p. 659
[10] Ibíd.
Carta Nº 89. p. 228-229; y en: Obras Completas, vol. VIII, p. 664-665.
[11] Ibíd.
Carta Nº 90. p. 229-230; y en: Obras Completas, vol. VIII, p. 666-667.
[12] Ibíd.
Carta Nº 91. p. 230-231; y en: Obras Completas, vol. VIII, p. 668-669.
[13] Ibíd.
Carta Nº 92. p. 231-232; y en: Obras Completas, vol. VIII, p. 670-671.
[14] Ibíd.
Carta Nº 93. p. 232-233; y en: Obras Completas, vol. VIII, p. 672-673.
[15] Ibíd.
Carta Nº 94. p. 233-234; y en: Obras Completas, vol. VIII, p. 674-675.
[16] Ibíd.
Carta Nº 96. p. 235; y en: Obras Completas, vol. VIII, p. 677.
[17] Ibíd.
Carta Nº 97. p. 235-236; y en: Obras Completas, vol. VIII, p. 678.
[18] Ibíd.
Carta Nº 98. p. 236-237; y en: Obras Completas, vol. VIII, p. 679.
[19] Ibíd.
Carta Nº 99. p. 238; y en: Obras Completas, vol. VIII, p. 682.
[20] Ibíd.
Carta Nº 101. p. 239-240; y en: Obras Completas, vol. VIII, p. 685.
[21] Ibíd.
Carta Nº 102. p. 240-242; y en: Obras Completas, vol. VIII, p. 686-687.
[22] Ibíd.
Carta Nº 103. p. 242; y en: Obras Completas, vol. VIII, p. 688-689.
[23] Ibíd.
Carta Nº 104. p. 243; y en: Obras Completas, vol. VIII, p. 690.
[24] Ibíd.
Carta Nº 105. p. 243-244; y en: Obras Completas, vol. VIII, p. 691-692.
[25] Ibíd.
Carta Nº 106. p. 244-245; y en: Obras Completas, vol. VIII, p. 693-694.
[26] Unamuno, Miguel.:
Don Quijote y Bolívar. A propósito de una Historia de Venezuela.
En: El Cojo Ilustrado.- Caracas. Año
XVI. Nº 370. (15 de mayo de 1907). p. 303-305. Firmada en Salamanca. 1907.
[27] Unamuno, Miguel.: La ciudad y la Patria
En: El Cojo Ilustrado.- Caracas. Año
XVI. Nº 371. (1º de junio de 1907). p. 340-342. Firmada en Salamanca. 1907.
[28] Alvarado,
Lisandro. Op. Cit. Carta Nº 107. p. 245; y en: Obras Completas, vol. VIII, p. 695.
[29] Bibliografía. Historia Constitucional de
Venezuela por José Gil Fortoul. Tomo primero. – Berlín.
En: El Cojo Ilustrado.- Caracas. Año
XVI. Nº 363 (1º de febrero de 1907). p. 109-110.
[30] Alvarado,
Lisandro. Op. Cit. Carta Nº 108. p. 246; y en: Obras Completas, vol. VIII, p. 696.
[31]
Alvarado, Lisandro.: Crítica Histórica.
Historia Constitucional de Venezuela. José Gil Fortoul. Berlín. 1907.
Carlos Heymann, editor.
En: El Cojo Ilustrado.- Caracas. Año
XVI. Nª 365. 1º de marzo de 1907. p. 161-162. Firmado en Tinaco, febrero de
1907.
[32] Alvarado,
Lisandro. Epistolario…. Carta Nº 109. p. 246-247; y en: Obras Completas, vol.
VIII, p. 697.
[33] Ibíd.
Carta Nº 110. p. 247-248; y en: Obras Completas, vol. VIII, p. 698-699.
[34] Febres Cordero, Tulio: Sobre crítica histórica.
En:
El Cojo Ilustrado.- Caracas. Año XVI. Nº 373. 1º de julio de 1907. p. 392-393.
Firmado en Mérida, mayo de 1907.
[35] Vallenilla Lanz, B(altazar).: Historia
Constitucional de Venezuela. José Gil Fortoul. Tomo 1.
En:
El Cojo Ilustrado.- Caracas. Año XVI. Nº 383. 1º de diciembre de 1907. p.
708-709.
[36] Alvarado,
Lisandro. Op. Cit. Carta Nº 111. p. 248; y en: Obras Completas, vol. VIII,
p. 700.
[37] Ibíd.
Carta Nº 112. p. 248-249; y en: Obras Completas, vol. VIII, p. 701.
[38] Ibíd.
Carta Nº 114. p. 250; y en: Obras Completas, vol. VIII, p. 703.
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