Por.- David R. Chacón R. Rodríguez
Para
juzgar a las revoluciones y sus actores,
es
menester observarlos muy de cerca y
juzgarlos muy de lejos
Simón Bolívar
Antecedentes:
Después
que el General Juan Vicente Gómez Chacón asume la Presidencia de la República,
el 24 de noviembre de 1908, se inicia la modernización de la institución
armada. Para la realización de su propósito, contrata en el exterior a expertos
asesores con el fin de mejorar la
formación que se va a impartir en la recién fundada Escuela Militar.
Con
este proyecto se constituyen dos ejércitos, uno formada por las nuevas
promociones de egresados, y el otro integrado por los oficiales guerreros ilustrados en los campos de batalla
que inteligentemente Gómez mantiene en las zonas fronterizas, siempre listos
para combatir las invasiones que continuamente se sucedían por las ansias de
poder y el espejismo de las glorias militares.
A
partir de este momento, el Presidente se convierte en el unificador del
ejército y creador de una fuerza profesional disciplinada, destinada a defender
la integridad territorial y preservar la paz de la República.
Con
el tiempo, este ejército se va ilustrando mediante la realización de cursos de
perfeccionamiento profesional y sus cuadros se encaminan en marcha ascendente
por la conquista de los principios democráticos.
El
primer grupo de oficiales diplomados de Estado Mayor que vino del Perú estaba
integrado por los capitanes Marcos Evangelista Pérez Jiménez y Julio César
Vargas y el Teniente Luis Felipe Llovera Páez.
Con
el conocimiento de otros horizontes vino con ellos el germen de la insurgencia
para satisfacer sus ambiciones, y fue así que surgió el golpe del 18 de octubre
de 1945, olvidando que había que respetar el orden constitucional. Luego vino
el derrocamiento del maestro Rómulo Gallegos Freyre, el 24 de noviembre de
1948, y el secuestro y posterior asesinato del Presidente de la Junta Militar
de Gobierno, Coronel Carlos Delgado Chalbaud, el 13 de noviembre de 1950, a
manos de un grupo encabezado por Rafael Simón Urbina,
al llegar a una casa en la urbanización Las Mercedes
de Caracas, propiedad de Antonio Aranguren.
Es
conveniente recordar que las Fuerzas Armadas siempre manifestaron su
inconformidad con la dictadura. Tal es el caso de los capitanes (Ej.) Wilfrido Omaña, Juan Bautista Rivas y
el Teniente (Ej.) León Droz Blanco. Ellos pagaron con sus vidas el disconfort
por la imperfecta democracia.
Causas:
A
estos acontecimientos se le suman estas acciones que no son compatibles con la
democracia:
La
falta de atención a la institución
armada; El continuo circo sin pan para el pueblo; La compra descarada de
voluntades; La inmoralidad administrativa; La restricción de la libertades; La
utilización de los cuerpos represivos del Estado para irrespetar y violar los derechos de los
ciudadanos; La organización de la tortura y desaparición como método sistemático
de interrogatorio así como la detención y allanamientos a domicilios sin necesidad
de orden judicial. Todos estos trabajos los ejecutaba la Seguridad Nacional[1]; Los
presos políticos eran destinados al Campo de Concentración de Guasina, en el
Delta del Orinoco. Entre sus crímenes se cuentan: el asesinato de Dr. Leonardo
Ruiz Pineda, Dr. Antonio Pinto Salinas, Luis Hurtado Higueras, Dr. Germán
González, Jesús Alberto Blanco, Castor Nieves Ríos y Genaro Salinas entre
otros.
Otro
factor es el reajuste generacional de la dirigencia que se desactualiza y
envejece al perder la capacidad de entender los nuevos problemas que ha
generado la dinámica de la historia, y al no poder resolverlos, son arrollados
por una nueva generación emergente.
Gestación:
El
iniciador de este movimiento fue el oficial Juan Vicente Tineo Arismendi, quien
conformó la estructura insurreccional que culminó con el levantamiento del 1º
de enero. Gracias a su tenacidad se crearon las células conspirativas a partir
de 1952. Es él quien se encarga de captar oficiales en pro de la causa, y
mantener contacto permanente con la resistencia civil a través de los señores
Luis Sánchez Bellorín, en Caracas y
Castor Nieves Ríos, en La Victoria.
La
primera célula conspirativa estaba formada por el Mayor José Medardo Rondón, los Tenientes Luis José Hernández Campos y Rodríguez Meza, y los Sub. Ttes. José Peña
Peña y Juan Vicente Tineo Arismendi, quien la comandaba.
Para
el año de 1956, en Maracay, son ya diez oficiales comprometidos, ellos eran:
los Capitanes Harold Riera Sequera y Juan Vicente Tineo Arismendi; los Ttes. Elías Manuit Camero, Rafael Ramírez
Isea y José Córdova Montaner; los Sub. Ttes. Felipe Testamarck Hernández, Simón
Paredes Álamo, Jacinto Rafael Pérez Arcay, Anatolio Gamboa Rodríguez, Gonzalo
Antonio Abreu Molina y Rodulfo Rubín Paradisi.
Posteriormente se crea otro grupo dirigido por el Comandante Hugo Enrique
Trejo y al darse cuenta que trabaja por los mismos ideales, Tineo Arismendi
acuerda reunirse en su casa, el 6 de enero de 1957 y allí acepta la conducción
de Trejo por ser el militar de más alta graduación. En ella participan además
los Comandantes Víctor Garrido Sutil y Alfonso Linares Vega; los Mayores Evelio
Gilmon Báez y Edgar Trujillo Echeverría y el Capitán Cándido Pérez Méndez.
En el
mes de agosto va a producirse un hecho trascendental; el señor Sánchez Bellorín
le comunica a Tineo una gran noticia que llenará de satisfacción al grupo
subversivo que jefatura, es el siguiente: a través del sindicalista Moisés
Gamero y del Doctor Patrocinio Peñuela Ruiz, ha sabido que sectores
representativos de la vida nacional, los partidos políticos legales y los de la
clandestinidad, se han agrupado bajo la denominación de Junta Patriótica.
El
Congreso Nacional, ante el imperativo constitucional, el 27 de julio había
convocado a las elecciones y fija como fecha para las mismas el 15 de diciembre
del mismo año. El gobierno busca fórmulas, y baraja situaciones que satisfagan
las aspiraciones del General Presidente. El 6 de noviembre surge la formula
salvadora para el gobierno El Plebiscito, este procedimiento establece dos
tarjetas, la azul que indica el voto positivo SI y el negativo de color rojo
NO. El humor criollo, lo parodia con dos frases: SI me quedo y NO quieren que
me valla.
Al fin llega el 15 de diciembre, fecha fijada para los
comicios y se consuma el fraude. Se dan cuenta están los caminos reprimidos, y
deciden alargan los tentáculos de la conspiración con acciones más decididas y
concretas. Para ese momento de contabilizaban 13 unidades y ciento diecisiete
oficiales comprometidos.
Al ser debelado
el movimiento, el 31 de diciembre de 1957, son obligados a adelantar la
insurrección. Su feliz año sería desafiando la muerte, pero la
incertidumbre, la falta de coordinación
y comunicación, impidió el éxito de la operación.
No quiero terminar estos párrafos, sin antes dar a conocer que cuando Luis Antonio Herrera Campíns publicó en marzo de 1957, su obra Frente a 1958, los Hermanos Nectario María y Gaudencio Eloy, consideraron que era el mejor análisis de la situación reinante en el país, difundiendo un mensaje de aliento ante la transición esperada, por esta razón decidieron contribuir a la implantación de nuestra democracia, distribuyendo este valioso informe entre los militares que se levantaron el 1º de enero de 1958, especialmente el grupo liderado por el entonces capitán Juan Vicente Tineo Arismendi.
Consecuencias:
El
éxito de este levantamiento fue tal, que tambaleó al régimen imperante,
determinando su caída, 22 días más tarde.
Con
la narración de estos hechos, dejo constancia de aquellos actores que
lucharon desinteresadamente contra el
despotismo imperante, para darnos una verdadera democracia, y que han sido
olvidados, por ser desconocida su participación. De esta manera, con nuestra
docencia escrita, damos a saber otra vertiente de este acontecimiento para que
las futuras generaciones puedan hacer una justa y equilibrada valoración de
este lamentado fracaso de un triunfo, que por impericia e inexperiencia de sus
líderes nos lleva a concluir que la revolución aún no ha terminado.
[1]
Su primer Director fue el Sr. Jorge Maldonado Parilli, desde su fundación, el 24 de noviembre de 1948 hasta el 31 de
agosto de 1951. Luego lo sustituyó el Sr. Pedro Estrada Albornóz, quien dirigió
sus destinos desde el 31 de agosto de 1951 hasta el 10 de enero de 1958.
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