lunes, 28 de septiembre de 2020

Curiosidades en nuestra historia. El “Tenesmo” en la conjuración de 1808


Por.- David R. Chacón Rodríguez

Después de la invasión napoleónica y la abdicación de Fernando VII en el pueblo español se plantearon varios dilemas tendentes a llenar, primero, el vacío de autoridad y, luego, a ocupar el puesto del poder monárquico que se encontraba acéfalo. En tal sentido se formularon preguntas como estas: ¿si era válido seguir reconociendo como rey a quién acaba de abdicar? y ¿A quién le correspondía gobernar estando el rey cautivo?.

 

En un intento de resolver el problema, en la península se crean las Juntas Gubernativas que surgen para defender los derechos reales de Fernando VII y enfrentar la ocupación francesa.

 

En Venezuela, esta noticia se supo en la tarde del día 14 de julio de 1808, cuando llega a La Guaira el Comandante Paúl Le Manon a bordo de la corbeta de guerra francesa La Serpent. A la una de la tarde del día 15, el comandante se presentó al Capitán General Don Juan de Casas para imponerle de los últimos acontecimientos acaecidos en España y entregarle unos documentos remitidos desde Madrid, por Don Silvestre Collar, Secretario del Consejo y Cámara de Indias, donde le comunicaba la abdicación de los Monarcas a la Corona de España y al gobierno de sus colonias en América a favor de Su Majestad Imperial y Real, el Emperador de los franceses igualmente daba a conocer el ascenso de José I al trono de España y de las Indias, llamado desde ese momento El Intruso, ordenándole reconocerlo como tal, publicando la referida renuncia.

 

Ante el temor de que los criollos declararan su emancipación so pretexto de mantener su fidelidad al monarca  Fernando VII de Borbón, el gobernador se rehusó a cumplir las órdenes venidas desde la península.

 

Al saberse en Caracas la noticia del cambio de amo tan violento e inesperado se formó un manifestación que recorrió las calles reconociendo como legítimo Monarca a Fernando VII y vitoreando consignas en su favor y en contra de Napoleón y los franceses, tales como: Los franceses son unos pérfidos bribones. ¡Aquí no los queremos!, ni seremos vasallos de otro rey que de Fernando VII, por el cual derramaremos cuanta sangre tenemos.

 

Una vez cumplida su misión, Le Manon, regresó a La Guaira; allí se encontró con la presencia de una fragata de guerra inglesa Acasta, al mando del capitán  Beaver que traía desde Barbados las noticias del levantamiento de los españoles contra los franceses y de la formación de las diversas juntas en la metrópoli.

 

La presencia del capitán  Beaver obligó al Cabildo Municipal de Caracas a reconocer a Fernando VII como legítimo rey y la formación de unas Juntas similares a las de España.

 

Mientras el gobernador sigilosamente se negaba, en Caracas, por la ignorancia de lo que sucedía, la gente se desesperaba cada día más y trataba de resolver el problema del establecimiento de un nuevo gobierno por su propia cuenta y riesgo, entre tanto los jóvenes mantuanos formaron dos grandes focos revolucionarios dirigidos a destruir los vínculos que durante siglos ataron a estas provincias a la península ibérica, uno de ellos era el de los: Blanco, Bolívar, Montilla, Ribas, Toro y Tovar se congregaban en la cuadra de los Bolívar, situada a orillas del Guaire, y el otro que funcionaba en la casa de Francisco Javier Ribas, ubicada en el centro de la ciudad.

 

Preocupado el gobernador Casas de mantener la debida obediencia al Monarca, al saber de estas iniciativas, decide confinarlos a sus haciendas en el interior. Acto seguido, el día 27 de julio de 1808, solicita al Ayuntamiento su opinión para formar en Caracas una Junta Suprema como la de Sevilla, que en nombre de Fernando VII habría de gobernar los reinos de España.

 

Dos días después, en reunión del 29, el cuerpo municipal se pronuncia de manera afirmativa aprobando el proyecto de reglamento para la formación de la Junta Suprema de Estado y de Gobierno, similar a la de Sevilla, formada por Isidoro Antonio López Méndez y Don Manuel Echezuría, igualmente en ella se  señalaba las 18 personas que podían  formarla. En la introducción del referido proyecto se estipulaba que su misión era ratificar la lealtad y obediencia a Fernando VII, que desde ese momento se le diría el deseado. Aunque esta proposición no se formalizó, poco tiempo después, el día 25, se constituye en España la Junta Gubernativa del Reino, presidida por el Conde de Floridablanca provocando en la población la duda referida a cual Junta debía seguirse. En un intento desesperado de resolver el caos imperante, las dos Juntas existentes declinan el poder en un Regencia compuesta de 5 personas: Pedro de Quevedo y Quintero, Obispo de Orense; Francisco de Saavedra y Sangronis[1], Consejero de Estado y Ministro; El Capitán General Francisco Javier Castaños;  el Consejero y Ministro de Marina, Antonio Escaño y el Ministro del Consejo de España e Indias, Esteban Fernández de León.

 

Sin embargo, a pesar de estas iniciativas, la confusión, el descontento y la incertidumbre de los mantuanos persistió y a principios de noviembre de 1808, Antonio Fernández  de León se traslada a Caracas y propone al marqués del Toro (Francisco Rodríguez del Toro) y a José Félix Ribas que se reanudasen las gestiones para formar una Junta.

 

Con tal motivo se celebraron varias reuniones nocturnas en la casa de José Félix Ribas, a una de las cuales acudió el Conde de Tovar. Todo esto se supo, y en algunos lugares aparecieron pasquines que ridiculizaban a los mantuanos y atacaban a las autoridades.

Finalmente estas reuniones para la formación de una Junta Suprema Gubernativa en Caracas  produjeron una representación de las primeras notabilidades de Caracas, quienes con fecha 22 de noviembre de 1808, la dirigieron al Gobernador y Capitán General don Juan de Casas, firmada por de 44 personas, figurando entre ellas: El Conde de San Javier, El Conde de Tovar, El Marqués del Toro, Jacinto de Acura, Joaquín de Argos, José Vicente Blanco y Blanco, Narciso Blanco, Antonio Nicolás Briceño,  Don José Ignacio Briceño, Francisco de la Cámara y Molinedo, Juan Eduardo, Pedro Eduardo, Antonio Fernández de León, Sebastián Fernández de León, Domingo Galindo, Vicente Diego Hidalgo, Antonio de Ibarra, Santiago Ibarra, Vicente Ibarra, Juan Jerez, José Ignacio de Lecumberri, Agustín Monasterios, José Monasterios, Manuel Monserrate, Mariano Montilla, Tomás Montilla, Juan Felipe Muñoz, José María Muñoz, Francisco de Paula Navas, José María Orive, Miguel de Ortariz, Francisco Palacios, José Ignacio Palacios, Pedro Palacios, Licenciado Francisco Antonio Paúl, Lorenzo de Ponte, Isidro Quintero, José Félix Ribas, Juan Nepomuceno de Ribas, Don Vicente Tejeras, José Ignacio Toro, José Tovar Ponte, Juan de Tovar y Martín Tovar Ponte.

Ante el temor de que ese proyecto estuviese encaminado a apoderarse del gobierno, luego que estuviera constituida, quitando y separando después a las autoridades establecidas, y poniendo en su lugar otras para lograr de este modo la independencia, la respuesta  negativa del Gobernador Juan de Casas, no se hizo esperar, y como represalia, el 18 de noviembre de 1808, ordenó al Señor Regente Visitador de la Real Audiencia, Don Joaquín de Mosquera y Figueroa dictar un Auto de proceder, para el enjuiciamiento de los firmantes, pues la consideró como un atentado contra el orden, la estabilidad de su gobierno, y alteración de la paz pública. En este juicio actuó don José María Moya como Escribano Real y de Visita.

Poco después, el 24 de noviembre de 1808, los capitanes Carlos Sánchez, Juan Antonio Ponte, y Francisco Javier de León, batallón de pardos de Caracas, junto con Pedro Arévalo y Francisco José Colón del batallón de granaderos del Valle de Aragua y Valencia manifestaron su lealtad al Gobierno, protestando contra el proyecto de establecer una Junta que, según insinuaron, podía estar orientada hacia la independencia, la cual rechazaron, ofreciendo sacrificar sus vidas como una parda fiera, en defensa de su amado y desgraciado rey Fernando VII y su sabio Gobierno.

 

Aquella misma noche empezaron los arrestos de los firmantes de la representación, algunos de los cuales quedaron detenidos en los cuarteles, otros fueron confinados a sus casas o haciendas ubicados en diversos sitios, tales como: Aragüita, Baruta, Charallave, Guarenas, Guatire, La Guaira, La sabana y costa de Ocumare, Puerto Cabello y Tacarigua.

 

En virtud de estas prisiones muchos de los detenidos en los cuarteles pidieron retornar a su casa por hallarse enfermo, tal es el caso de Mariano Montilla que solicitó el  traslado a su hacienda en el pueblo de La Victoria por padecer de asma, llamada vulgarmente ahogo, dejándolo expedito para cualquier ejercicio. Otro caso es el Pedro Palacios, Alguacil Mayor de la Real Audiencia, que padecía de tenesmo o mal de pujos (gana penosa de hacer cámaras o de orinar con dificultad y con dolores[2]).

 

Por la sumaria podemos conocer también la indudable contribución del Precursor Francisco de Miranda a la formación de las Juntas, en las cartas que dirigió a las personas más notables de Caracas. A tal efecto es concluyente el Memorial del Marqués del Toro, que en carta del 5 de abril afirma haber recibido la misiva que él le escribió por su intermedio, desde Londres, al Cabildo de la Ilustre Ciudad de Caracas, el 20 de julio de 1808, solicitando la reunión de un cuerpo municipal representativo, que tomará a su cargo el gobierno de la provincia. En ella también le pedía (si lo consideraba conveniente) enviar copias de esta representación a las Provincias de Santa Fe y Quito. Semejante petición hizo a los Cabildos de Buenos Aires (el 24 de julio), al Capitán General y Cabildo de La Habana y  al Virrey y Cabildo de la ciudad de Méjico (10 de septiembre), para interesar a sus diversos gobiernos sobre la independencia del continente americano, convirtiéndose así en el incansable campeón de la actividad propagandística para la liberación de la América hispana, reflejando así su total entrega a esa causa.

 

Igualmente, el 6 de octubre de 1808, desde Londres, vuelve a escribir  al Cabildo de Buenos Aires y al Marqués del Toro expresando algunas reflexiones sobre la situación española, del mismo modo le pide que reclame con dignidad y juicio sus derechos e independencia para lo cual le anexa 9 documentos relativos a las campañas, negociaciones y esfuerzos que ha practicado en Londres, Francia y los Estados Unidos de América, a fin de obtener la libertad e independencia de los países americanos, pues son fatigas y resultados de muchos años de estudio, acompañados de una práctica adquirida en las grandes revoluciones que han trastornado casi todos los gobiernos y antiguas instituciones de la Europa, y luego concluye: yo me estimaré siempre feliz si puedo contribuir de algún modo al alivio y prosperidad de mi patria, reunido con mis amados y virtuosos compatriotas.

 

El cenit de su actividad libertadora es la obra que hizo con Antepara, la cual lleva por título La emancipación de la América del sur: documentos, históricos y explicativos, que muestran los planes que han estado  en progreso, y las realizaciones hechas por el general miranda, para el logro de tales objetivos durante los últimos veinticinco  años [3], la cual constituye una apología sobre su vida, plasmando allí lo que había aprendido, visto y oído sobre la emancipación hispanoamericana, comprobando con documentos verídicos su fama, su valía y sus ideales. Estaba destinado a sensibilizar e influir en la opinión pública europea y crear el ambiente propicio que permitiera justificar la necesidad de la independencia, demostrando de esa manera, su palpable influencia en el movimiento libertador.

 

Al marqués del Toro, José Félix Ribas, José Tovar Ponte, Pedro Palacios Blanco, Mariano Montilla, Juan Nepomuceno Ribas, Nicolás  Anzola y Luis López Méndez se les condenó al pago de las costas y gastos, incluyendo la condenatoria del oidor honorario Antonio Fernández de León, que se encontraba cumpliendo con lo pautado en la averiguación sumaria en España, de donde regresaría más  tarde con el título de marqués de Casa León.

 

En escrito fechado el 20 de abril de 1809, los fiscales Francisco Espejo y Francisco Berrío solicitaron el sobreseimiento o Corte en Providencia, porque los firmantes del Memorial por medio del cual pedían la formación de una Junta Suprema, no habían cometido ningún delito que ameritara la formación del proceso y se diera por suficientemente compurgadas las gestiones de indiscreción y falta de prudencia, dictamen que acogieron Casas y Mosquera y Figueroa el 4 de mayo siguiente.

 

       Todo este proceso demuestra que este movimiento conocido como la Conjura o Conspiración de los Mantuanos estaba destinado a formar una Junta capaz de gobernase a sí misma, teniendo como fin era la formación una patria libre e independiente, aunque aparentemente se encontraba cubierta en un manto de lealtad a su amado soberano.

 




[1] Natural de Sevilla donde nació en 1746.

[2] Véase: Petición de Pedro Palacios. Caracas, 6 de diciembre de 1808.

En: Conjuración de 1808 en Caracas para formar un Junta Suprema Gubernativa. Documentos Completos. Estudio Preliminar por el Dr. Ángel Francisco Brice. Instituto Panamericano de Geografía e Historia. Comisión de Historia. Comité de Orígenes de la Emancipación. Caracas. Tomo  II. 1968. p. 640. Publicación Nº 14. Homenaje a la Academia Nacional de la Historia en el 80º aniversario de su fundación.

[3] La Emancipación de la América del Sur: Documentos históricos y explicativos que muestran los planes que han estado en progreso, y las realizaci0ones hechas por el General Miranda, para el logro de tales objetivos durante los últimos 25 años. Por José María de Antepara. Coordinación y notas: David R. Chacón Rodríguez. Estudio introductorio: David R. Chacón Rodríguez y Daniel Chacón Zambrano. Traducciones: María Auxiliadora Chacón Rodríguez de Sifuentes y  David R. Chacón Rodríguez. Caracas, Fundación Hermano Nectario María. 334 p. il., 28 cm. 2005. Francisco de Miranda. Tomo 2º. (Como una contribución a la celebración de los Doscientos Cincuenta Años del Nacimiento del Generalísimo Francisco de Miranda. Contiene la selección que hiciera Miranda de las mejores piezas de su Archivo y hasta 1926, fueron los únicos documentos que se conocieron de su  importante gesta referente a la independencia de Venezuela.

El título original es: South American emancipation: documents, historical and explanatory, showing the designs which have been in progress, and the exertions made by General Miranda, for the attainment of that object during the last twenty-five years,  Editada en Londres, Inglaterra: Impresa por R. Juigné, 1810. x + 300 p. Al comienzo trae 1 lámina,  grabada en cobre, con el busto de Miranda y una vista panorámica de la ciudad de Amberes, igualmente incluye un Mapa plegable de la batalla de Landen o de Nerwinde. Contiene interesantes documentos de Miranda escritos en inglés, francés y español desde el año correspondientes al período que va desde 1776 hasta 1808.


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