domingo, 27 de septiembre de 2020

Juana Antonia Díaz Padrón de Montilla. Un digno ejemplo de la madre heroína venezolana

General Mariano Monto Montilla
 

Por.- David R Chacón Rodríguez

  

Al estudiar nuestra historia, nos encontramos que pocas veces se toma en cuenta la influencia de las madres en la formación de sus hijos.

 

Un caso muy particular y poco conocido es, en cierto modo, el de la señora Juana Antonia Díaz Padrón de Montilla, la digna y meritoria progenitora del General Mariano Montilla, a quien con sus oportunos avisos e lustrados consejos formó su reciedumbre.

 

Según los pocos datos que conocemos. ella era una mujer dotada de grandes talentos, de una imaginación viva De una fuerza de espíritu capaz de dominar en toda eventualidad, las más grandes dificultades, figuraba  honoríficamente al lado de los más eminentes Ciudadanos, y les inspiró, más de una vez, la confianza que necesitaban, mostrándoles el camino que debía seguirse y los resultados que producirían necesariamente sus indicaciones. Y como a aquellas cualidades tan sobresalientes reunía las gracias de su sexo, la elegancia en sus modales, la finura la  amabilidad en su trato sin abrigar pasiones odiosas, sino el más  vehemente amor a su patria y el más vivo de que el gobierno que planteaban sus hijos y sus amigos   estuviese adornado desde su cuna de ideas humanitarias y liberales, y de la firmeza, decoro y dignidad que idolatra siempre el corazón de la mujer elevada. Ella fue un tesoro de recursos y su casa un centro de actividad política, en que tomaban fuerzas las combinaciones felices y se neutralizaban tos sentimientos bastardos que suelen engendrar, hasta las melotes almas, los disturbios civiles, para no dejar tras sí más que complicaciones, arrepentimiento y vergüenza. Consagró a la causa de la Independencia todo cuanto le pertenecía, reservándose sólo aquella fina benevolencia con que trataba a los desgraciados y a quo tenían derecho algunos pocos de sus amigos que no lo fueron de su causa. De ella ha referido ya la historia aquella memorable y sublime despedida de sus hijos, en que dominando la ternura con que los amaba, les dijo, cuando partían por la primera vez en la defensa de la Patria. No hay quo comparecer en mi presencia si no volvéis victoriosos: rasgo do heroísmo, semilla fecunda sembrada en terreno análogo y bien preparado que dobla dar los más abundantes frutos.

 

Sello de la formación materna

Siguiendo el famoso dictum quo dice, por sus frutos los conoceréis, podemos encontrar en la vida y obra del general Montilla, el sello de la formación materna.

 

Signado por su Influencia vemos que lucho resuelto a morir o vencer por la libertad, por su honor, como miembro privilegiado de los ciudadanos del nuevo orden, depositario del fuego sagrado del patriotismo que debía encender los corazones y producir la más ardiente pasión por la libertad de toda dominación extranjera.

 

Era hijo del trujillano Juan Pablo Montilla y Briceño, un agricultor nacido en Niquitao, distrito Boconó, el 2 de julio do 1745. Falleció en Caracas, en 1803. Se casó el 9 de junio do 1774, con María Isabel de Ascanio de loa Reyes Liendo. De esta unión vino al mundo José Francisco Montilla Briceño y Ascanio y, luego, contrajo segundas nupcias, el 22 de noviembre de 1781 con Juana Antonia Díaz Padrón, de cuya unión vinieron al mundo Mariano. Juan Pablo, Tomás y Dolores.

 

Hijo insigne

Mariano nació en Caracas, el 8 de septiembre de 1782. Cursó estudios en la Universidad de Caracas y con el tiempo, su familia lo envió a Madrid para que ampliara su visión del mundo. Allí ingresó en el Cuerpo de Guardias Reales de Corps en la 3° Brigada de la 2° Compañía española de Caballeros Americanos.

 

En 1801 participó en la guerra contra Portugal, bajo las órdenes del famoso Príncipe de La Paz, el favorito Manuel Godoy, en el sitio de Olivenza. Allí fue herido. Una vez reestablecido regresó a Venezuela por la salud maltrecha de su padre.

 

En ese año Napoleón conmina a Portugal a que rompa su alianza con Inglaterra y cierre sus puertos a los barcos ingleses. En esta pretensión arrastró a España, mediante la firma del tercer tratado de San Ildefonso, mediante el cual España se comprometía a declarar la guerra a Portugal si ésta mantenía su apoyo a los ingleses. Ante la inminente negativa de los portugueses, se desencadena la llamada Guerra dé las Naranjas. Su nombre es debido al ramo de naranjas que Godoy envió a la reina María Luisa cuando sitiaba la ciudad de Elvas.

 

Según los datos encontrados, desde 1803 presentaba un cuadro clínico deprimente. Padecía de una especie de asma (hemoptisis con estado espasmódico del pecho). Esa enfermedad fue el motivo de su separación de esa carrera tan brillante como la que seguía. Además, tenía cierta tendencia depresiva.

 

En 1808 participó en el movimiento conocido con el nombre de la Conjuración de los Mantuanos o Conjuración de 1808 en Caracas,  formado por el sector más poderoso de la ciudad, para constituir una Junta de Gobierno, a ejemplo de la de Sevilla para que rigiese los destinos de la Capitanía General de Venezuela, después de la invasión napoleónica y la abdicación de Fernando VII en el pueblo español se plantearon varios dilemas tendentes a llenar, primero, el vacío de autoridad y, luego, a ocupar el puesto del poder monárquico que se encontraba acéfalo.

 

Se casó en 1824 con Josefa de Paniza y Ayos, en Cartagena de Indias. Tuvo una hija llamada Dolores de Montilla y Paniza. Ella contrajo matrimonio con Luis de Uztáriz y Monserrate. Tuvieron seis hijos: Dolores, Luis. Josefina. Cecilio, Isabel y María Luisa.

 

Su desaparición física ocurrió en su ciudad natal, a las 7:35 de la noche del día 8 de septiembre de 1851.

 

En su honor se bautizó con su epónimo el Cuartel Mariano Montilla, ubicado en la dudad de La Victoria en el Municipio Ribas. Es el más hermoso e imponente cuartel de Venezuela. Su edificación fue ordenada por el Presidente la República, Cipriano Castro, el 21 de junio de 1904 y. la primera piedra se colocó el 5 de julio de ese año. 

Bibliografía sobre el general de división Mariano Montilla

.- Grisanti, Carlos F, 1861-1938.: Discurso pronunciado por el doctor Carlos F. Grisanti, en el acto de depositar en el Panteón Nacional, los restos de los generales Mariano Montilla y José Félix Blanco y de don Fernando Peñalver.- Caracas: Tip. El Cojo, 1896

Colección Bibliográfica General / En Procesamiento Bibliotecario V-27;C-310.

General de División Mariano Montilla: homenaje en el bicentenario de su nacimiento 1782-1982.- Caracas: Ediciones de la Presidencia de la República, 1982

.- Venezuela. Junta Directiva de la Apoteosis de Miranda.: Mariano Montilla, Pbro. José Félix Blanco, Dr. Fernando de Peñalver / publicación hecha por la Junta Directiva de la Apoteosis de Miranda.-Caracas: Tipografía El Cojo, 1896. iv, 127 p. : il., fotos ; 25 cm.

 

 


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