David R. Chacón
Rodríguez
Cansado el Libertador por los infelices
sucesos acaecidos en Colombia, cuyos habitantes se negaban a sostener la
integridad nacional, a mantener la paz y a defender en común la libertad y
Contrariado
por estos sucesos, el 1º de julio de 1830, le escribe al General Flores: Yo pienso que
la mira de este crimen ha sido privar a
Un
pago inmerecido
Él, que lo había dado todo por la
nación, ahora sólo aspiraba a un puesto de menor categoría como Embajador en
Washington o en Londres, para poder tomar así de una manera decente y sin
provocar compasión, el duro camino del exilio.
En estas tristes circunstancias, le llega la noticia de que no era
posible obtener ni esa ínfima prebenda
del gobierno que le debía su libertad y su existencia. Sus íntimos compañeros, ante estas tristes
circunstancias, le persuadían para que no abandonase
Tienen razón ustedes, nobles amigos míos,
por mi cuenta estaba dispuesto a irme, pero echado no debo hacerlo por el honor
de Colombia. Además, me siento morir, mi
plazo se cumple y tengo que darle a Dios una cuenta terrible como terrible ha
sido la agitación de mi vida, yo quiero morir rodeado de mis antiguos
compañeros, con un sacerdote a mi lado y con el crucifijo en las manos, no me
iré.
El Libertador -conmovido por el tropel
de tristes acontecimientos que han
ocurrido y que estaban ocurriendo en Colombia, los cuales la tenían inmersa en
una guerra civil-, el 7 de mayo de 1830, escribe desde Bogotá, al General Santa
Cruz expresándole:
Mi estimado Presidente:
Hace
tres días que dejé la presidencia de
El
General Santa Cruz habla en nombre de Bolivia
Al saber el General Santa Cruz la resolución de Bolívar de marcharse a Europa,
quiso dar al Libertador una prueba contundente del gran afecto que él y el
pueblo boliviano le profesaban. Fue así como desde Chuquisaca (Sucre), le
escribe el 15 de octubre de 1830, en
términos realmente nobles manifestándole con la mayor sinceridad posible su
deseo de nombrarlo su Ministro
Plenipotenciario ante
Excelentísimo
Señor:
El Presidente de
El
Continente de Colón conservará el legado de virtud que su Libertador le ha
dejado; y no olvidará la lección que acaba de darle el defensor de la
libertad en favor de la especie humana. Bolivia, que tiene el orgullo de llevar
vuestro nombre, se felicita por el triunfo que ha conseguido sobre la calumnia
el ilustre Americano que supo conducir los estandartes de la justicia desde el
Orinoco al Potosí y dejar la tierra de sus victorias, para hacerse más
inmortal.
El Libertador ha comunicado a los
americanos su pasión por la independencia, su amor por la libertad, su
desprecio por la ambición; y al viejo mundo, asombrado de su conducta, juzgará
de lo que son capaces los hombres que él ha doctrinado en los campos de la
victoria y en la escuela de la moderación. El
Presidente de Bolivia, muy convencido de los heroicos esfuerzos del Libertador
por la felicidad americana, y
persuadido de que es el representante natural de sus repúblicas en Europa, cree
que nadie trabajará allí con celo más ardiente por su bien, como el mismo que,
arrancándolas de un coloniaje humillante, pudo colocarlas en el rango que
justamente ocupan. Bolivia le debe más particularmente su existencia política
como nación, un empeño entusiasta por su conservación, y el cordial título de
Hija con que la saludó el día que América fue absolutamente emancipada. He
aquí, señor, los títulos de confianza que tiene para esperar que sus intereses
públicos serán conducidos en Europa con el pulso y sabiduría bien probados en
veinte años de acierto, administrando tres repúblicas. | en la capital del orbe cristiano[3], como lo veréis
por las credenciales adjuntas. Sería excusado rogar al Libertador que admita un
cargo que le confía Bolivia. Basta expresarle que cuando los bolivianos
supieron su retiro de América, se pronunciaron unánimemente porque él fuese su
representante cerca de cualquier gobierno de Europa; y el presidente de Bolivia cumple un deber muy
satisfactorio, haciéndole saber que ésta es la voluntad del pueblo boliviano.
No hay que olvidar, señor, que Bolivia exige este servicio del general Bolívar…
Aceptad, Señor, los sentimientos más
cordiales de gratitud y amor con que os saluda unánimemente el Pueblo
Boliviano, y la particular afección de un compañero y constante amigo vuestro.
Dada, firmada y refrendada por el
Ministro de Relaciones Exteriores en el Palacio de Gobierno en Chuquisaca a 15 de octubre de 1830.
Andrés
Santa Cruz.
El
Ministro de Estado en el Despacho de Relaciones
Exteriores, Mariano Enrique Calvo[4].
En esta comunicación en forma de
decreto, el General Andrés de Santa Cruz trata de persuadirlo para que acepte
este encargo, argumentando las razones que podían llegar a la susceptibilidad
del Libertador..., cuando la calumnia y la infamia empezaban a cavar el
sepulcro del grande hombre. Anexo a esta extensa y humana misiva, el General
Santa Cruz incluía las cartas credenciales del nuevo diplomático, así como, las
principales instrucciones relativas a las funciones que iba a desempeñar el
Libertador. Lamentablemente, no existe hasta ahora referencia alguna de que el
Libertador haya recibido esta carta. Sin embargo. Como lo demuestra su
testamento, Bolivia siempre estuvo presente en su corazón.
Fe perpetua en el libertador
La noticia del deceso del Libertador el día 17 de diciembre de 1830 debió
llegar con mucho retraso a Bolivia, pues con fecha 2 y 14 de febrero del año 1831, el General Andrés de Santa Cruz le dirige dos
hermosas misivas en la que le transmite los peligros que amenazan la
independencia de Bolivia y la integridad de Colombia por la avaricia,
insensatez e ingratitud de los conductores del pueblo peruano (Gamarra y
Igualmente le manifiesta su resolución
inmutable de mantenerse digno de
Antes de poner fin a este capítulo me
parece de justicia hacer un paréntesis y dar a conocer su contenido. Veamos lo
que dicen:
(La) Paz, febrero 2 de 1831.
Excelentísimo Señor Libertador Simón
Bolívar.
Mi amado General:
Mi júbilo al saber que U(sted), había vuelto a
la cabeza de Colombia es tan grande, como fue intenso el pesar que sentí con la
noticia de la disolución de ese Estado, y separación de U(sted). Colombia que
en su frenesí iba a dejar apenas la memoria de que había existido, será en lo
ulterior más avisada para no desviarse de los consejos, y de la dirección del
hombre insigne que ha tenido para su gloria y por su dicha. Harta fatal le ha
sido el ensayo que acaba de hacer, y sus hijos serían más que insensatos para
exponerse otra vez a peligro semejante. Yo congratulo a Colombia, por que ha
sabido borrar de sobre
Pero
esa felicitación no es tan desinteresada que me haga desear el bien exclusivo
de Colombia. Bolivia su hija y su natural aliada, que desde su nacimiento ha
librado en ella las esperanzas de su conservación y reposo pide a grandes voces
su socorro para sobreponerse fácilmente a las inicuas aspiraciones del Gobierno
Peruano que solo piensa engrandecerse a costa de sus vecinos. Largamente he
detallado los pretextos de que se vale, en una carta del 30 de diciembre último
que dirigí al Jeneral Flores pidiéndole hiciese pasar una copia a manos de
U(sted). Desde entonces me confirmo cada día más en la infalibilidad de la
guerra, que ya no puede evitar Bolivia, y que no tardará en declararle por una
invasión. Ella deberá tener lugar entre marzo y abril próximo; y aunque puedo
resistirla con ventajas conocidas de mi parte, precisamente sería mejor dejar
nada al caso, y escarmentar para siempre a un vecino ambicioso e injusto que se
pasa en tendernos continuamente sus redes y asechanzas.
El
mayor de su pretextos es que yo haya rehusado la alianza que le propuso a Bolivia contra Colombia, y para
sostener la desmembración del Ecuador siendo todo su fundamento que U(sted),
por miras de ambición, y por su influencia pone en manifiesto peligro la existencia del Perú, cuyos intereses
debían ligarse con los de Bolivia
para neutralizar los planes que tenía U(sted), forjados de absorver dos
Repúblicas sucesivamente. Mas su objeto principal es anularme y anular a Bolivia para obrar contra Colombia, a quien teme por la
infracción de los tratados de Jirón y
Guayaquil.
Nada
de esto es nuevo para U(sted) que ha penetrado a fondo la política del Gabinete Peruano, y que conforme a ella
previó la conducta que nos correspondía y tuvo la bondad de significármelo en
su apreciable que me trajo el boliviano
señor Molina. A consecuencia de ella fue que escribí al Jeneral Flores para que nos pusiéramos
de acuerdo con el fin de arreglar nuestra común defensa. Se que pasó por Lima
el oficial que la conducía, y mi esperanza crece desde que haya llegado a sus
manos; por lo que no dudo que ha de obrar según el interés de Colombia y el suyo, protegiendo a Bolivia, y según las órdenes o consejos que U(sted),le dejó antes.
También creo mi Jeneral, que la primera mirada de U(sted)
después de llegar a Bogotá, se haya
dirigido hacia Bolivia su hija predilecta,
y hacia un amigo que en todas partes y circunstancias hace vanidad de ser de
U(sted), el más fiel y consecuente. Además espero que honrará con sus consejos,
que siempre he respetado, y que ahora me son tan necesarios. Entre tanto yo
ofrezco a U(sted), que combatiremos con confianza y con despecho por sostener
nuestro honor, nuestra independencia, y el hermoso nombre que distingue a nuestra Patria.
Entre
la congoja que me causaba ver a U(sted), alejarse de América, como se aseguró,
yo creó al menos deber hacer a U(sted), una manifestación del pueblo Boliviano, que le presentará allá lejos
un homenaje de nuestro amor, y de nuestro respeto. U(sted), lo encontrará
impreso en El Boliviano adjunto,
habiendo mandado los originales por un buque francés de guerra. Cuanto es mi
placer por que esta diligencia solo importe un testimonio de nuestra
consecuencia, por que la haga inútil la eterna permanencia de U(sted), en
América, que sin U(sted), perecerá:
Soy
de U(sted), mi Jeneral, el mejor y
más fiel amigo, y obediente servidor,
Andrés de Santa Cruz [5].
La
otra dice así:
Excelentísimo
Señor Simón Bolívar.
Mi amado General:
He escrito a U(sted), a Europa cuando llegué a creer que había
U(sted), tomado la cruel resolución de
dejar
Aún
esta pendiente el desenlace de este drama. El Gobierno del Perú insiste en que
hemos de ser sus aliados contra Colombia, en que hemos de poner nuestros
mercados y aduanas a su disposición, y en que hemos de pagar unos cargos
imaginarios que nos supone durante
En
fin pretende que Bolivia sea su
miserable colonia, sin advertir que U(sted),
nos hizo libres y que no hemos olvidado las lecciones de heroísmo que
tomamos a su sombra, ni podemos permitir hollar el Nombre ilustre que autorizó
la existencia política de nuestra Patria.
Legaciones
de ambas Repúblicas se ocupan de
este asunto en Arequipa, pero sin
esperanza de un acomodamiento que no es compatible entre dos Gobiernos de ideas
contradictorias, y tratando de intereses tan opuestos. Por lo menos si el Perú no desiste de sus atrevidas
pretensiones, lo que sería el único medio de transigir, el de Bolivia está
resuelto a sostener inmutablemente y a toda costa su independencia, su dignidad
y el nombre glorioso de
Yo
aseguro a U(sted), mi amado General, que he tomado una actitud la más brillante
bajo todos aspectos. El Ejército, si
bien proporcionado en número a nuestros recursos, es superior al de Gamarra por
su moral y disciplina, y el pueblo uniforme todo en sentimientos y entusiasmo
por su libertad me presenta un magnífico espectáculo, y me hace creer que
llegado el caso se multiplicarán los héroes, mostrándose dignos de
Yo
debo esperar y espero que desde que U(sted) haya sabido nuestros peligros, y
los que amenazan también a Colombia habrá dispuesto obrar por la seguridad de
ambas naciones. Es urgentísimo que la escuadra se ponga en el mar, y que algún
buque venga a cubrir a Cobija, cuya destrucción es uno de los objetos de esta
guerra. Este mismo buque pudiera traer un Ministro que arregle de un modo
explícito y terminante los Pactos que convienen a las dos Repúblicas para
contener a un vecino falso y ambicioso, que nunca dejará de asechar la
independencia de Bolivia y la integridad
de Colombia. Por el mismo buque puedo mandar
Sólo
debo ya agregar a esta carta las seguridades de que esta guerra es muy mal
mirada por el pueblo peruano que detesta a sus conductores Gamarra y
Deseo
las contestaciones de U(sted), como el aliento para la vida. Supongo que
U(sted) tiene atenciones en Colombia, pero su integridad e independencia de Bolivia no deben ni deben ser
subalternas. Fije U(sted), mi amado General, una mirada hacia estos negocios,
persuadido de que sin faltarme esa esperanza, yo sostendré a todo trance la
integridad y la absoluta independencia
de Bolivia, como U(sted), lo quiere y es preciso.
Yo
me lisonjearé siempre con ser de U(sted), mi General, el más constante y fiel
amigo.
Andrés de Santa Cruz[6].
Como se puede ver en esas cartas hay un
importante trasfondo expresado por el calor de las razones y por la confianza
de la bondad de cuanto se expone con una decidida orientación cívica y ética,
reveladora del afecto de ambos líderes de la revolución americana y de su
constante lucha por la independencia política del Continente.
De
esta manera Bolivia agradecía a su
Libertador los esfuerzos realizados para cumplir su magna obra: La
libertad de los pueblo americanos.
[1] Bolívar,
Simón (1783-1830): Obras completas /
Simón Bolívar; compilación y notas de Vicente Lecuna; con la colaboración de
... Esther Barret de Nazariz. 2ª ed.-La Habana: Lex, Ministerio de Educación
Nacional, 1950. 3 v.: il, 1 h. de lám. ; 21 cm. La lám. está en color y es
retr. del autor.
Contiene: vol. 1: Cartas del Libertador
comprendidas en el período de 20 de marzo de 1799 a 31 de diciembre de 1826. -
vol 2: Cartas del Libertador comprendidas en el período de 1° de enero de 1827
a 8 de diciembre de 1830. Testamento, proclamas y discursos. - vol. 3: Cartas
del Libertador en el período de 21 de septiembre de 1828 al 8 de diciembre de
1830. Testamento. Proclamas y Discursos. Véase: Tomo III.
Documento 2.254. p. 43.
[2] Ibíd. Documento
2.240. p. 420. Fue publicada también por el Señor Luis S. Crespo en El
Diario de
[3] El resaltado es
nuestro.
[4] Andrés de Santa Cruz, carta y credenciales
al Libertador para que represente a Bolivia cerca de
En:
El Iris de
[5] El original de
esta misiva se encuentra en el copiador del Archivo del Mariscal Santa Cruz.
Fue reproducida en: Bolívar y Santa Cruz:
epistolario / [estudio preliminar por] Armando Rojas. - Caracas: [Oficina
Central de Información, Dirección de Publicaciones], 1975. - 177, [14] p.:
retrs.; 24 cm. Edición publicada por el Gobierno de Venezuela con motivo de la
conmemoración del Sesquicentenario de la creación de
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